¿Qué es un pasivo financiero?
Un pasivo financiero es un recurso económico basado en una obligación financiera que una persona o empresa debe a otra entidad. Estas obligaciones pueden surgir de préstamos tomados para financiar operaciones, adquirir activos o cubrir gastos.
Los pasivos son una parte esencial de la ecuación contable, donde los activos deben igualar la suma de los pasivos más el patrimonio de los propietarios. En esencia, representan lo que una empresa debe, lo que debe pagarse a otros, ya sea en el corto o largo plazo.
Características
- Obligatorios: representan compromisos de pago.
- Medibles: su valor se puede cuantificar en términos monetarios.
- Vencimientos: pueden ser a corto plazo (menos de un año) o a largo plazo (más de un año).
- Intereses: muchos pasivos generan intereses sobre el monto principal.
- Legales: están respaldados por acuerdos contractuales.
- Variedad: existen en varias formas, desde préstamos hasta cuentas por pagar.
- Fuentes: pueden originarse de diversas maneras, como préstamos bancarios, créditos de proveedores, etc.
- Impacto en el flujo de caja: afectan la liquidez y el flujo de efectivo de una entidad.
- Pago: deben ser pagados en sus fechas de vencimiento para evitar incumplimientos.
- Flexibilidad: algunos pasivos ofrecen flexibilidad en términos de condiciones de pago y tasas de interés.
25 tipos de pasivos financieros
- Préstamos bancarios: dinero que una empresa toma prestado de un banco, que debe ser reembolsado con intereses.
- Hipotecas: préstamos específicos para la compra de bienes inmuebles, asegurados por la propiedad adquirida.
- Cuentas por pagar: obligaciones de una empresa por compras de bienes o servicios que aún no han sido pagados.
- Notas por pagar: documentos escritos que prometen el pago de una suma específica en una fecha futura.
- Líneas de crédito: acuerdos financieros que permiten a una empresa tomar prestado hasta un límite específico a medida que lo necesite.
- Obligaciones de arrendamiento financiero: pagos futuros debidos por el uso de activos bajo un arrendamiento que se considera una compra financiera.
- Salarios por pagar: sueldos y salarios que se han ganado pero aún no se han pagado a los empleados.
- Impuestos por pagar: impuestos recaudados pero aún no remitidos al gobierno, incluidos el IVA, impuestos sobre la renta y más.
- Bonos emitidos: deuda a largo plazo vendida a inversionistas, que debe ser reembolsada en una fecha futura, más intereses.
- Deuda a largo plazo: préstamos o créditos que no requieren ser pagados en su totalidad en el próximo año.
- Préstamos de accionistas: dinero prestado por accionistas o propietarios de la empresa.
- Intereses por pagar: intereses acumulados en cualquier tipo de deuda que aún no se han pagado.
- Adelantos de clientes: pagos recibidos de clientes por bienes o servicios que aún no se han entregado o completado.
- Créditos fiscales diferidos: impuestos que se han incurrido pero se pagarán en futuros periodos fiscales.
- Provisiones para garantías de productos: reservas para cubrir futuras reclamaciones de garantía de productos vendidos.
- Pensiones y otras obligaciones post-empleo: compromisos futuros para pagar pensiones o beneficios de retiro a empleados.
- Obligaciones por beneficios médicos a empleados: similar a las pensiones, pero específico para beneficios médicos post-empleo.
- Deuda comercial: deudas a corto plazo con proveedores y otros acreedores comerciales.
- Pasivos contingentes: obligaciones que pueden surgir en función de un evento futuro incierto, como litigios pendientes.
- Deudas con tarjetas de crédito: saldo adeudado en tarjetas de crédito corporativas o personales.
- Descubiertos bancarios: cuando se retira más dinero de una cuenta corriente de lo disponible.
- Deudas con socios o propietarios: dinero que la empresa debe a sus propietarios o socios más allá de su inversión de capital inicial.
- Leasing operativo: pagos por arrendamientos que no se clasifican como arrendamientos financieros.
- Acreedores varios: deudas con terceros que no se ajustan a las categorías anteriores.
- Pasivos ambientales: obligaciones para remediar el impacto ambiental causado por las operaciones de la empresa.
¿Cómo sé si un pasivo es interesante para invertir?
Como inversor debes evaluar si el uso del pasivo por parte de una empresa está alineado con una estrategia de crecimiento sostenible y si contribuye a aumentar la rentabilidad. Por lo tanto, debes considerar:
- La proporción de deuda respecto al capital (endeudamiento): indica la dependencia de la empresa de la deuda.
- La capacidad de la empresa para cubrir los pagos de intereses: los flujos de efectivo operativos.
- El propósito del pasivo: debe tener un retorno claro, ya sea a través del crecimiento de la empresa o de la rentabilidad de los activos financiados.
- El acceso a capital: ya que permiten a las empresas financiar operaciones y crecimiento sin diluir la propiedad.
- El leverage: el uso de deuda puede aumentar la rentabilidad de los activos de una empresa.
- Los beneficios fiscales: los intereses de algunos pasivos son deducibles de impuestos.
- Flexibilidad financiera: las líneas de crédito proporcionan recursos en momentos de necesidad.
- Mejora de infraestructura: financian la adquisición de activos que pueden mejorar la productividad.
- Coste de intereses: los pasivos aumentan los gastos a través de los costes de intereses.
- Obligación de pago: el reembolso de deuda puede presionar el flujo de efectivo.
- Riesgo de incumplimiento: el incumplimiento de pagos puede llevar a la bancarrota o pérdida de activos.
Los pasivos, manejados prudentemente, pueden ser una herramienta poderosa para financiar el crecimiento y la expansión. Sin embargo, es crucial equilibrar la deuda con la capacidad de pago y los objetivos a largo plazo de la inversión.