¿Qué es un plan de pensiones?
Un plan de pensiones es un producto financiero diseñado para que las personas ahorren dinero durante su vida laboral y luego reciban esos ahorros en forma de rentas o pagos durante su jubilación. Tiene como objetivo proporcionar un ingreso adicional a la pensión de la Seguridad Social, con el fin de mantener un cierto nivel de vida una vez que se deje de trabajar.
¿Cómo funciona?
- Ahorras dinero: Empiezas poniendo un poco de tu dinero en el plan de pensiones. Puedes hacer esto regularmente o cuando tengas algo extra.
- Ese dinero se invierte: Una empresa especializada toma ese dinero y lo invierte en diferentes cosas, como empresas o bonos, para que crezca con el tiempo.
- Obtienes beneficios fiscales: Al meter dinero en tu plan de pensiones, pagas menos impuestos ahora.
- Recoges el dinero más tarde: Cuando te jubilas, puedes empezar a sacar el dinero que has ahorrado e invertido, para vivir cómodamente sin trabajar.
Por lo tanto, es como una hucha que no solo guardas tu dinero, sino que también crece con el tiempo, y además, te ayuda a pagar menos impuestos mientras ahorras.
Fases de un plan de pensiones
Para conocer el funcionamiento de un plan de pensiones debes considerar dos fases:
Fase de acumulación
- Aportaciones regulares o únicas: durante tu etapa laboral, puedes hacer contribuciones regulares (mensuales, trimestrales, etc.) o aportaciones únicas a tu plan de pensiones. Estas aportaciones suelen ser flexibles, permitiéndote aumentar, reducir o incluso pausar tus contribuciones según tu situación financiera.
- Ventajas fiscales: muchos países ofrecen incentivos fiscales para fomentar el ahorro en planes de pensiones. Estas ventajas pueden incluir deducciones en la base imponible del IRPF por las cantidades aportadas, lo que reduce el impuesto a pagar. Las condiciones y límites de estas ventajas varían según la legislación de cada país.
- Inversión de las aportaciones: el dinero que aportas al plan se invierte en una cartera de activos (acciones, bonos, etc.). Cada plan tiene su propio perfil de riesgo y estrategia de inversión, desde conservador hasta más arriesgado. La elección dependerá de tu tolerancia al riesgo y del horizonte temporal hasta tu jubilación.
Fase de rescate
- Modalidades de rescate: al llegar a la jubilación o en circunstancias excepcionales permitidas por la legislación (como enfermedad grave, desempleo de larga duración, etc.), puedes empezar a rescatar tu plan de pensiones. Las formas más comunes de hacerlo son mediante un capital único, rentas periódicas, o una combinación de ambas.
- Fiscalidad en el rescate: al rescatar tu plan de pensiones, el importe recibido se considera rendimiento del trabajo y, por lo tanto, sujeto a impuestos según las tablas del IRPF vigentes en ese momento. Esto significa que pagarás impuestos en función de la cantidad rescatada y de otros ingresos que puedas tener.
¿En qué invierte un plan de pensiones?
- Plantes de renta fija: bonos gubernamentales, bonos corporativos.
- Planes de renta variable: acciones de empresas cotizadas.
- Fondos de inversión: incluyendo fondos de renta fija, renta variable y mixtos.
- Instrumentos del mercado monetario: letras del tesoro, certificados de depósito.
- Inmuebles: directamente o a través de fondos inmobiliarios.
- Commodities: oro, petróleo, metales, productos agrícolas.
- Otros activos alternativos: capital privado, deuda privada, infraestructuras.
Tipos de planes de pensiones
- Planes de pensiones individuales: son contratados por una persona con una entidad financiera. Son la opción más común y permiten al ahorrador elegir entre diferentes planes en función de su perfil de riesgo.
- Planes de pensiones de empleo: también conocidos como planes de pensiones de empresa, son promovidos por una empresa para sus empleados. La empresa puede realizar aportaciones al plan en nombre del empleado, quien también puede decidir contribuir.
- Planes de pensiones asociados: están vinculados a una asociación o colectivo profesional. Se crean para que los miembros de estos colectivos puedan beneficiarse de condiciones más ventajosas por el hecho de contratar el plan de manera colectiva.
- Planes de pensiones abiertos: son aquellos que cualquier persona puede contratar. Suelen ser ofrecidos por bancos, aseguradoras o gestoras de fondos de inversión. Ofrecen una amplia variedad de opciones en cuanto a estrategias de inversión y perfiles de riesgo.
- Planes de pensiones cerrados: están restringidos a un grupo específico de personas, como los empleados de una empresa o los miembros de una asociación profesional. Los planes de pensiones de empleo suelen ser cerrados.
Aspectos a considerar al elegir un plan de pensiones
Elegir el plan de pensiones correcto implica analizar algunos factores según tus circunstancias personales y objetivos financieros. Te los detallamos:
- Perfil y tolerancia al riesgo: los planes de pensiones invierten en distintos tipos de activos y, como cualquier inversión, tiene riesgo. Debes identificar cuál es tu perfil.
- Cuánto te falta por jubilarte: si es largo, podrías tener mayor capacidad para asumir riesgos porque tienes más tiempo para recuperarte de posibles bajadas en el mercado.
- Determina tus objetivos de inversión: ¿buscas preservar el capital, obtener ingresos estables o maximizar el crecimiento a largo plazo? Tu objetivo influirá en el tipo de plan de pensiones que mejor se adapte a ti.
- Condiciones de las aportaciones: revisa las condiciones relativas a las aportaciones (cantidad mínima y máxima permitida), flexibilidad para cambiarlas y posibles penalizaciones por aportaciones extraordinarias.
- Condiciones del rescate: ponte en situación si realizaras un rescate anticipado, por ejemplo.
- Fiscalidad: los planes de pensiones suelen ofrecer ventajas fiscales en la fase de aportación. Analiza cómo afectan en tu situación particular y cómo afectará la fiscalidad en el momento del rescate.
- Diversificación: asegúrate de que el plan invierte en una cartera diversificada de activos. La diversificación puede ayudar a reducir el riesgo y estabilizar los rendimientos a lo largo del tiempo.
- Rendimiento histórico: no garantiza resultados futuros, pero revisar el historial de rendimiento puede darte una idea de cómo se ha gestionado el plan en diferentes condiciones de mercado.
- Costes y comisiones asociados: comprende las comisiones de gestión y otros gastos que pueden reducir significativamente la rentabilidad de tus inversiones a largo plazo.
- Reputación y solidez de la entidad gestora: investiga su experiencia y solidez financiera. Una entidad con buena reputación y sólida experiencia puede ser indicativo de una gestión prudente y eficaz.
- Servicios adicionales: algunos planes pueden ofrecer servicios adicionales, como asesoramiento financiero personalizado, herramientas de planificación para la jubilación o flexibilidad en el cambio entre diferentes planes de inversión.
Recuerda: es recomendable consultar con un asesor financiero para hacer una elección informada.